El director de la Fundación Caja Rioja, Arturo Colina, y
el presidente de la Asociación de Amigos de Arnedo, José Mª Ezquerro, han
inaugurado la Colección Permanente del Calzado, una
exposición que se ha abierto en el Centro Cultural Caja Rioja de Arnedo.
Al acto acudieron miembros de la Asociación Amigos de Arnedo, el alcalde de Arnedo Juan Antonio Abad, la concejal de Cultura y Turismo, Juani Hernández, miembros de otras asociaciones invitadas y los integrantes del equipo encargado de restaurar y poner a punto todas y cada una de las piezas del "Museo".
La colección,
que se encuentra situada en la planta tercera del Centro Cultural, es posible
gracias a la colaboración entre la Fundación Caja Rioja y la Asociación de
Amigos de Arnedo, y podrá visitarse de lunes a sábado, entre las seis y las
nueve de la tarde.
La exposición
recoge en varios paneles la historia del calzado en España y, en concreto, en
Arnedo; desde las primeras pinturas rupestres encontradas en las que aparecen
dibujos de hombres con calzado y pieles hasta los griegos y romanos, que
utilizaban el calzado, además de proteger los pies, para hacer distinción entre
las clases sociales. En la Edad Media se comenzó a ver el calzado como algo
estético y monarcas y nobles gustaban de enseñar y mostrar sus pies cubiertos.
Pero la
evolución del calzado, tal y como se señala en la exposición permanente, llegó
en el siglo XVIII con la Revolución Industrial. Con la irrupción de la
industria y el uso de máquinas que permitían confeccionar en serie zapatos de
distintos modelos comienza la industria del calzado. Se trata de un sector
renovado en el siglo XX gracias a la constante aparición de nuevas técnicas y
materiales.
El calzado en Arnedo
La alpargata fue el único tipo de calzado utilizado por las clases populares hasta mediados del siglo XX. Por su comodidad y resistencia, los campesinos las usaban para el trabajo diario en los campos. En Arnedo, al menos desde mediados del siglo XIX, se producían alpargatas con carácter local, doméstico y artesanal, al igual que en otras localidades riojanas como Cervera del Río Alhama, Logroño, Nájera, Haro o Munilla, donde se realizaban en pequeños talleres que fueron el origen de la industria del calzado de cuero.
El cáñamo y el esparto (plantas herbáceas de las que se obtiene una fibra para fabricar cuerdas y materias primas para la elaboración de
alpargatas) procedían de localidades navarras como Sesma, Cárcar, Andosilla, Azagra o Lodosa. La utilización posteriormente del yute y la introducción a partir de 1875 de la máquina de coser Singer dejaron a las alpargatas en un segundo plano.
Faustino Muro Rubio fue en sus orígenes fabricante de alpargatas. Aprendió el oficio en 1895 y se considera el primero que instauró la industria de calzado en piel en Arnedo, asentado en la calle Mayor en 1909. Fue el primero que se lanzó a comercializar por España sus zapatos, tanto de señora como de caballero, gracias a diferentes viajantes. En sus talleres aprendió Timoteo Ruiz, que pasa en 1920 de alpargatero a productor de zapatos mecanizando el proceso. En el inicio de la década de los treinta, Faustino Muro montó tres tiendas de calzado en Zaragoza, Bilbao y San Sebastián, cediendo la fábrica de Arnedo a sus tres encargados, Gastesi, Domínguez y Pascual, que crearon sus propias empresas.
En 1929 se produjo la llegada de la familia Sevilla, procedente de Munilla, a Arnedo. Las mejores comunicaciones y el afán emprendedor llevaron a Cándido Sevilla a desplazar a Arnedo toda la maquinaria de calzado que poseía en Munilla. Era el año 1933 y se creaba una nueva fábrica con edificios, maquinarias y producción modernizada gracias a la utilización del vulcanizado. La Sierra comienza a quedarse obsoleta, pequeña y mal comunicada e importantes centros como Enciso y Munilla se desmantelan y trasladan sus industrias a Calahorra, Arnedo y Logroño.
De la misma forma, el calzado de cuero comenzó a producirse industrialmente a finales del siglo XIX y se consolidó en la década de 1910-1920. Desde antiguo se trabajaban las pieles en la comarca, ya los celtíberos que habitaron en el Cerro de San Miguel y los musulmanes que se distribuyeron por esta tierra empleaban las pieles, así en la calle Tenerías de Arnedo se recuerda hasta hace poco uno de estos talleres.
La década de los treinta del siglo XX supuso la llegada a Arnedo de la familia Sevilla. Dedicados a tintoreros en Munilla fueron ampliando la empresa familiar a la fabricación de paños y en 1895 iniciaron la creación de zapatillas de orillo con suela de cuero en el sistema de cosido llamado Black, para posteriormente hacer zapatillas de paño en la década de los años veinte y llegar en 1929 a Arnedo.
La presencia de la familia Sevilla en Arnedo fue un hecho sin precedentes. El gran entramado fabril que habían creado permitió la diversificación de secciones. En 1947 contaba con las secciones de textil, gomas, curtidos y zapatillas que llegaron a emplear a más de 780 trabajadores, a ello se añadió una importante implicación social con sus empleados. Se creó la Hermandad “La Cadena” que promovió viviendas, escuelas, economato, ejercicios espirituales…
En 1933 Gastesi, Domínguez y Pascual se asociaron para recoger el testigo de Faustino Muro y surgieron marcas de calzado de señora caballero y niño como Gadopa, Pasigas, Luci y Link o Chicarro. Tras la Guerra Civil también se asentaron en Arnedo empresas llegadas desde Cervera del Río Alhama, productoras de alpargatas y precursoras de las fábricas de zapatillas. De forma paralela se desarrollaron industrias auxiliares vinculadas al caucho y a los cartonajes que dieron muestra del auge y la consolidación de la industria arnedana.
Arnedo es en los últimos años del siglo XX la segunda ciudad industrial de La Rioja con un entramado de pequeñas y medianas empresas vinculadas al calzado que gracias a su peculiaridad familiar lograron esquivar las sucesivas crisis. Segundas y terceras generaciones de aquellos humildes hombres de espíritu emprendedor han creado nuevas empresas que han dado a Arnedo un nombre más allá de localismo regional, y han conseguido que sea uno de los centros productores de la industria del calzado más importantes del territorio español. El tejido empresarial arnedano, según se cierra el siglo XX, está cada vez más centrado en la industria del calzado, tanto en fábricas como empresas auxiliares y de comercialización, y se ha configurado como el impulsor de la economía arnedana.
En el año 2003 el Gobierno de La Rioja y la Asociación de Industrias del Calzado y Conexas de la región (AICCOR) iniciaron los trámites para la constitución del Centro Tecnológico del Calzado de La Rioja (CTCR), donde se aplican las últimas tecnologías para crear un calzado con marca de La Rioja.
Hoy en día la industria del calzado riojano engloba a más de 200 empresas, muchas de ellas PYMES con menos de 5 trabajadores que emplean a cerca de de 3.000 personas y es el segundo sector con mayor volumen de ventas en el exterior. Las exportaciones riojanas del calzado han ido aumentando en los últimos años.
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